3 preguntas que deberías hacerte antes de implementar la IA en tu negocio
Cuando algo se pone de moda, se activa en muchos cerebros el conocido efecto FOMO (fear of missing out), es decir, el miedo a perderse algo que es tendencia, que todos tienen y que no podremos pasar sin eso por el temor a quedarnos fuera de juego.
Una de las tendencias de los últimos años en el mundo empresarial ha sido la implementación de modelos de Inteligencia Artificial a los negocios para hacerlos más eficientes y, por extensión, más rentables. Cualquier segmento de la industria puede aplicarlo y beneficiarse de los algoritmos que aprenden solos y que se basan en experiencias pasadas para repetir o descartar una acción en el futuro.
Parece fácil, ¿verdad? Es una idea de lo más atractiva que incluso puede servir para que el departameno de márketing pueda promocionar que nos subimos al tren de la Inteligencia Artificial. ¿Qué puede salir mal?
La cuestión es si estamos preparados para la IA
Antes de iniciar la tarea de ponernos a buscar una empresa que pueda adaptar alguno de sus modelos a nuestro negocio, deberíamos respondernos a nosotros mismos tres preguntas básicas para saber si la IA puede realmente mejorar nuestro proyecto o si va a suponer un gasto innecesario.
1. ¿Cómo puede la IA mejorar mi negocio?
Lo primero que debemos averiguar es qué tipo de problemas pueden resolverse con Inteligencia Artificial. Una plataforma de comercio electrónico puede usar la IA en operaciones de remárketing y para recomendar productos a los consumidores basándose en sus datos, mientras que una compañía de servicios financieros se puede beneficiar de los algoritmos para predecir movimientos de mercado y mantener a sus clientes alejados de grandes riesgos antes de que sea demasiado tarde.
La consultora McKinsey elaboró un estudio sobre el estado de la IA en 2021. Del informe se desprende que los usos empresariales de IA más habituales son en operaciones de servicios, como los chatbots o los asistentes virtuales. También se ha popularizado el modelado de riesgos, las optimizaciones de producto mediante IA y el análisis de servicio al cliente.
Antes de implementar la IA hay que asesorarse bien. // CC0.
A partir de aquí, cabría plantearse si automatizar parte de nuestro negocio supondría un beneficio fácilmente identificable o si tenemos tareas rutinarias que se podrían automatizar con facilidad. Que la solución no nos genere el problema, sino que sea un problema identificado o un elemento con amplio margen de mejora lo que nos lleve a hacer uso de la IA.
2. ¿Tengo datos suficientes (y relevantes)?
Una vez hemos determinado cómo la tecnlogía de Inteligencia Artificial puede mejorar nuestro negocio, hay que prestar atención a los datos de que disponemos en nuestra empresa. Y es que un 80% del trabajo de implementación de un proyecto de IA consiste en la recopilación y preparación de datos para poder ser usados eficientemente. El 20% restante es análisis y pruebas.
Un sistema de Inteligencia Artificial solo puede rendir al nivel de los datos que tiene. Como explica un artículo reciente de Dataversity, si se dispone de abundantes datos de calidad, la IA funcionará como se espera. Una mala calidad de datos se traducirá en resultados ambiguos e inconsistentes.
Según los expertos, para determinar la calidad de sus datos, las empresas deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Hasta qué punto son completos
- El grado de precisión de los datos
- La consistencia de los datos
- La actualidad y vigencia de los datos
- La validez de los datos
- El carácter único de los datos
La combinación de estos factores puede dar una idea a la empresa de lo valiosos que pueden ser sus datos, a fin de dilucidar si la implementación de modelos de IA en su proyecto será una tarea fácil o una misión imposible.
3. ¿Cuánto me va a costar?
Una vez hemos determinado que tenamos un problema solucionable mediante IA y que disponemos de los datos de calidad suficientes, es el momento de plantearse si se incorpora un desarrollador experto en IA que haga los algoritmos a medida y se responsabilice de implementarlos o tenemos que subcontratar una firma especializada.
Como muchos saben, el perfil de experto que necesitaríamos es muy difícil de encontrar y, en caso de localizarlo, no será barato. Quizá se podría valorar la contratación de consultores en IA a los que se pueda acudir para implementar el proyecto o para investigar qué aplicaciones ya desarrolladas se pueden adaptar a nuestro caso.
La IA, bien aplicada, puede ser una gran aliada. // CC0.
Sería algo así como hacernos los muebles a medida o adaptar los conocidos módulos de armario prefabricados. No sería descabellado que esta segunda opción, poniéndole las puertas y tiradores que necesitemos, ya nos sirviera. En cualquier caso, hay que mentalizarse que el proceso será largo y costoso. No es algo que se pueda poner en marcha en dos días, ni mucho menos obtener resultados inmediatos.
La implementación de la IA en una empresa puede ser un gran aliado, pero no es un apartamento con el cartelito de "Para entrar a vivir". Antes de poder disfrutarlo, hay que estudiar todos los aspectos comentados. Es posible que no todo el mundo comparta esta teoría. Sin embargo, lo que está claro es que antes de actualizar el negocio es imprescindible un buen asesoramiento.