El gemelo que sabe más que tú de tí
Al hombre que, basándose en este informe, invente una máquina capaz de reunir las presencias disgregadas, haré una súplica. Búsquenos a Faustine y a mí, hágame entrar en el cielo de la conciencia de Faustine. Será un acto piadoso.
En este párrafo, el autor Bioy Casares nos muestra la desesperación del protagonista de La invención de Morel por formar parte de los recuerdos eternos de la conciencia virtual de su amada. Lo que en la magnífica novela del escritor argentino parecía ciencia ficción, hoy está a la vuelta de la esquina con el avance de los modelos virtuales de personas, desde sus órganos, sistemas hasta... ¿su consciencia?
Los gemelos digitales plantean un nuevo paradigma del cuerpo humano y de la mente, donde prima una mirada mecanicista del Yo. Si todos nuestros procesos fisiológicos y órganos pueden ser simulados, y nuestros recuerdos y pensamientos pueden ser almacenados en forma de imágenes y algoritmos, ¿somos nosotros los que trascendemos en el nuevo yo digital?, ¿hay algo que se pierde en ese pasaje?, ¿o será que finalmente no existe en nosotros algo inmaterial que podamos llamar alma, yo o mente?
Si aceptamos que nuestros gemelos digitales son radicalmente distintos de nosotros aunque parecidos, nos podríamos cuestionar acerca de si pueden tener alguna forma de conciencia o experiencia subjetiva. ¿Pueden los gemelos digitales experimentar sensaciones, emociones o conciencia de sí mismos? ¿Existe una diferencia ontológica entre la experiencia en el mundo físico y en el mundo digital?
Esto nos plantea preguntas sobre la naturaleza de la realidad y la relación entre el mundo físico y el mundo digital. ¿Son los gemelos digitales una representación completa y precisa de la realidad, o hay aspectos de la realidad que no pueden ser capturados digitalmente? ¿Existen múltiples realidades, una física y otra digital?
Lo fascinante de los gemelos digitales es que pueden alcanzar un grado de autoconciencia superior al original, conociendo complejos procesos corporales al instante, sin necesidad de ser mediados por síntomas como nos ocurre a los humanos. Pero ¿qué implica realmente la autoconciencia? ¿Es suficiente tener acceso a datos en tiempo real para ser considerado autoconsciente? ¿O hay otros elementos, como la capacidad de reflexión, emociones, sentido de identidad, que son necesarios para la autoconciencia? Y más espeluznante aún: si un gemelo digital muestra señales de autoconciencia, ¿cómo deberíamos abordar su existencia? ¿Deberíamos considerarlo igualmente valioso y digno de respeto que un ser humano?, ¿debería tener derechos y protecciones similares?
Además existe una dimensión ética de este asunto, ligada a que toda la información puede ser accesada por nuestro médico al instante, lo cual constituye un avance vital a la hora de realizar intervenciones urgentes o prevenir enfermedades, pero ¿qué ocurre con esa información disponible?, ¿podrá ser usada además para identificar debilidades que nos vuelvan vulnerables?, ¿se podrá en el futuro predecir, además de enfermedades, conductas?
El libre albedrío es la capacidad que poseemos los humanos de decidir sobre nuestro destino, y esto ocurre porque podemos imaginar diferentes escenarios plausibles y decidir en base a nuestra conciencia, lo que consideramos correcto o deseable. Si un gemelo digital nos puede aconsejar sobre qué estilo de vida es el adecuado para nuestro cuerpo y mente, sobre una base probabilística que se asemeja al destino, ¿la creación de un gemelo digital limita de alguna manera el libre albedrío del individuo original?, ¿la capacidad de predecir o simular las elecciones de una persona socava su libertad de elección?, ¿será nuestro gemelo digital quien nos cuente nuestro futuro como una historia que ya se encuentra escrita?
Sin lugar a dudas los gemelos digitales son la innovación del siglo 21 que viene a cambiarlo todo: lo que sabemos de nosotros mismos, la realidad de la consciencia humana, el vínculo de la medicina y nuestro estilo de vida, entre muchos aspectos que aún no conocemos. Como toda innovación disruptiva, requiere de nuestra atención crítica y del debate abierto y transparente. Es por eso que desde la Fundación Formación y Futuro apostamos a brindar información sobre la vanguardia de los avances en IA, realizando debates con expertos de primer nivel para fomentar una mirada actualizada y reflexiva sobre el impacto de la transformación digital en nuestras vidas a corto y largo plazo.